domingo, 4 de julio de 2010

Abandono


¿Puede perderse algo que nunca ha sido tuyo?. Eso es lo que siento cuando te recuerdo, que nunca fuiste mío. Me enfurezco recordando como me lo negaba a mi misma, lo tenía todo delante y no quería verlo. -Si no lo veo, no existe- pero las cosas no son así de sencillas. En realidad no disfruté los momentos que me regalaste porque estaba demasiado aterrada pensando en que te irías. Te tenía al lado, quería atarte, impedir que te separaras nunca de mi. Te quería, te quería con una desesperación que jamás había conocido. La obsesión de tu abandono se apoderaba de mi, tan pronto como nos despedíamos. Quería parar el tiempo, quería que fueras mío, mío siempre, aunque en realidad era consciente de que no te poseía, que no era nada para ti, apenas un complemento bonito que lucir a tu lado. Y el día que te fuiste, con que tranquilidad me dejaste, no entendía como tú podías estar tan apacible mientras terminabas con mi mundo, con mis sueños.Mientras hacías realidad mis mas profundos temores. Te odié, te odié tanto que me dolía, te vi después, como continuabas con tu vida, con otro adorno bonito al lado. Tu vida seguía su camino, la mía sin embargo se paró allí, en ese instante que para ti queda ya tan lejano. Pero ¿sabes? en realidad no se porque te quise tanto, supongo que me hacías falta, me sostenías, tenía miedo que si tú faltaras, yo caería. Y ocurrió, caí, y desde allí abajo vi las cosas mas claras, quizás era mentira que te necesitara, quizás caer era mi destino, quizás te hubiese tirado conmigo. No se, quizás al saber yo todo esto, pueda perdonarte algún día.
 
©Suzanne Woolcott sw3740 Tema diseñado por: compartidisimo